Ouça o cantor cubano Silvio Rodríguez em "Te Amaré" e "Óleo de Mujer con Sombrero".
"Te Amaré" e "Óleo de Mujer con Sombrero", foram o sétimo e oitavo temas do concerto realizado em 2018, no teatro Martí, em Havana, Cuba.
Te Amaré (Silvio Rodríguez)
Te amaré, te amaré como al mundo
te amaré aunque tenga final
te amaré, te amaré en lo profundo
te amaré como tengo que amar.
te amaré aunque tenga final
te amaré, te amaré en lo profundo
te amaré como tengo que amar.
Te amaré, te amaré como pueda
te amaré aunque no sea la paz
te amaré, te amaré lo que queda
te amaré cuando acabe de amar.
te amaré aunque no sea la paz
te amaré, te amaré lo que queda
te amaré cuando acabe de amar.
Te amaré, te amaré si estoy muerto
te amaré al día siguiente, además
te amaré, te amaré como siento
te amaré con adiós, con jamás.
te amaré al día siguiente, además
te amaré, te amaré como siento
te amaré con adiós, con jamás.
Te amaré, te amaré junto al viento
te amaré como único sé
te amaré hasta el fin de los tiempos
te amaré y, después, te amaré.
te amaré como único sé
te amaré hasta el fin de los tiempos
te amaré y, después, te amaré.
Óleo de Mujer con Sombrero (Silvio Rodríguez)
Una mujer se ha perdido
conocer el delirio y el polvo;
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar;
se ha perdido mi huella en su mar.
conocer el delirio y el polvo;
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar;
se ha perdido mi huella en su mar.
Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras;
veo un perro ladrando a la luna,
con otra figura que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló;
veo más: veo que se perdió.
y promete dejarnos a oscuras;
veo un perro ladrando a la luna,
con otra figura que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló;
veo más: veo que se perdió.
La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan
a amores o a historias, se quedan allí:
ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan
a amores o a historias, se quedan allí:
ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.
Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo, rápido, seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.
huye como una gaviota
y yo, rápido, seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.
Una mujer con sombrero
—como un cuadro del viejo Chagall—,
corrompiéndose al centro del miedo,
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí
y ahora lloro por verla morir.
—como un cuadro del viejo Chagall—,
corrompiéndose al centro del miedo,
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí
y ahora lloro por verla morir.
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